mayo 10, 2011

Eres Imposible Primera Parte

CAPITULO TRECE

ULTIMO CAPITULO

Descontrol; Entrega; Todo al Carajo
Entramos a la fiesta electrónica. Había de todo adentro. Gente drogándose, emborrándose, tiradas en el suelo, toda clase de estilos urbanos y cosas que ya ni me acuerdo.
Bailamos como una hora sin parar, entre eso, tomábamos unas copas de trago suave, pero en ese lugar, no sé si lo que pides es realmente lo que te dan. Se sentía más fuerte que suave el trago, sabía más a cerveza que a un ron cola. Y la verdad es, que los dos nos pusimos locos, bien locos y, descontrolados. Los tragos se nos subieron a la cabeza. Nos emborrachamos un poco. Sólo un poco.
Lou fue el que salió más afectado, y eso que jamás llega a ese estado por tomar siempre cosas suaves. Insisto que, no nos daban lo que pedíamos.
Lou me llevó a ese motel que mencionó, yo no reaccionaba bien a lo que estaba sucediendo, nunca me había emborrachado de esa forma. ¡Nunca! Solo podía distinguir algunas cosas que me decían. Solo podía escuchar la voz de una persona que narraba lo que estaba sucediendo a simple vista de mis ojos…
Se besaban apasionadamente, como si no hubiera más que ellos en el mundo, no existía el tiempo, ni los sonidos, los sentidos se habían saturado, y las sensaciones se hacían intentas, superiores al umbral soportado. Las verdaderas identidades se descuidaban por el disfrutar del momento, el único momento que posiblemente no se repetiría. El chico rubio platinado localiza la cama dentro del éxtasis, se separa del chico de ojos color miel y le pregunta
-          ¿Estoy siendo muy salvaje?
-          Para nada.-contesta
El rubio se saca la polera y sigue con su juego peligroso. Pero el de ojos miel tampoco lo hace mal, lo que quería lo iba a conseguir, pero se ve limitada sus acciones por un gran detalle.
-          Ariel, ¿usas lentes de contacto?-le preguntó Lou cuando se le acercó para continuar con lo que había empezado
-          Eh…sí.
-          ¿No crees que te pueden molestar para hacer algo sucio? ¡Sácatelos y continuemos con la diversión!
-          No creo que sea necesario.
-          ¡Vamos Ariel no hagas que me enfríe!
-          Eh…-Ariel se los sacó lentamente y agachó la cabeza
-          ¿Amor?-Lou se aproximó al chico, ahora de ojos de color distinto, lo tomó suavemente de la barbilla y le levantó la cabeza
-          ¡Qué lindos ojos Ariel!
Pero algo andaba mal, el rubio lo quedó mirando por un largo tiempo. Sintiendo que esos ojos y mirada ya los había visto antes.
-          ¿Por qué no sigues Lou, me vas a dejar ganoso?
-          Esos ojos…me son familiares.
El rubio platinado se quedó cara a cara con el de ojos claros. Y de pronto los efectos del alcohol habían sido opacados por la sensación de peligro y hallazgo. Y pasó lo más temido por la chica.
-          A… ¿Amanda?-Lou comienza a adosar sus manos a la camisa de Ariel, reacciona y se aparta
-          ¿Eres tú Amanda?
Recobrando mi consciencia por completo, no podía creer que lo que mis amigos veían aproximarse estaba ocurriendo justamente ahora. En un lugar desconocido para mí. Si no fuese por esas copas, esto lo pude haber evitado, pero…
-          ¡¡¡Contesta!!!-pero estaba ocurriendo
Lou estaba absolutamente fuera de sí, boquiabierto y comprendiendo las cosas menos que yo.
Volvió mi inconsciente a invadirme, y a decirme interiormente que esta aventura había acabado.

Amanda emprendió a desabotonar su camisa, uno por uno. La dejó caer. Quedó a simple viste la faja que se ponía en sus pechos.

La verdad había nacido, por fin, se desentrañó y salió la luz.
-          Hola querido, ¿me vas a comprar mi regalo?-Lou quedó paralizado
-          No…no…no puede…es imposible…tú…
-          Soy Amanda y Ariel, al mismo tiempo.-no sabía que decir, porque todo se había jodido
-          ¡¿Cómo pudiste hacerme esto?!
-          ¡Pude porque estoy completamente enamorada de ti! Siempre sentía impotencia cuando te veía, sentir que nunca te podía tener porque eres imposible, hacía que mi sed se volviera cada vez más amenazadora. Sé que lo que te hice es terrible, pero el plan no fue mío, todo fue idea de Natalie, para que te alejaras de mi hermano y así poder tenerlo. Nunca quise engañarte, pero la idea de la Nata, me acosó hasta que la llevé a cabo…
-          Puedes callarte de una vez… ¡¿Cómo es posible que hayas seguido un plan de la Natalie?!
No pude aguantar y estalló mi llanto.
-          No sacas nada con llorar Amanda…
-          ¡¡¡Ves que igual te gustan las mujeres!!!-grité
Lou quedó titubeante, me observaba con desprecio, pena, decepción, incomprensión y odio.
Fue lo último que pude apreciar antes de que se evaporara y huyera sin polera…
Días después me enteré de que mi hermano había hablado con mi mamá y papá. Les contó hasta la vez que tuvo sexo con Lou, el lugar donde iban todos los viernes y otros detalles que no recuerdo. Yoel había conseguido trabajo de camarero a tiempo completo y se fue a vivir un tiempo con un amigo de la escuela. Creo que se llamaba Pedro. No les contó nada sobre mi y Ariel. Me asombró el hecho de que no hablo nada de mí, pero mi mamá le preguntó si me odiaba, y respondió con un rotundo, “a veces”. No sé nada de Lou hasta ahora, y no he hablado con Yoel.
En esa semana, mandé mi ensayo al concurso.
Dos meses después me llegó una carta del concurso…
“Sta. Amanda Jones:
Nos complace comunicarle que es la ganadora del V Concurso de Ensayos Revolucionarios.
El jurado quedó maravillado con su obra y cabe la posibilidad que se publique en alguna columna de revistas y periódicos. La esperamos este sábado en la oficina central para que retire su premio
Muchas Felicitaciones.
Saluda Atte. Secretaria del Certamen Ensayos Revolucionarios”




ISA SENSEI

No hay comentarios:

Publicar un comentario