mayo 09, 2011

Eres Imposible Primera Parte

CAPITULO NUEVE

Salida; Término; Atrévete a algo nuevo
Sábado en la mañana, un sol cálido entra por mis cortinas y se extiende por mi piso de madera. La ropa de Ariel se encontraba dentro de un bolso hecha bola. Ayer llegué pasado las doce de la noche. Mi mamá no le preocupó mucho, ya que siempre le aviso donde voy y a que voy, confía en mí.
Cuando me incorporaba al mundo de los despiertos, antes de ir a hacerme desayuno, escondí el bolso y el celular de Ariel lo mantenía apagado.
Se preguntarán porque hago como que no pasó nada anoche. No quiero que nadie se dé cuenta, lo muy feliz que estoy, en especial mi hermano. Me pregunto si…vendrá a mi pieza a contarme la razón de su término con Lou…
Ayer, no tuve oportunidad de preguntarle…y está claro el porqué no pude, jajá.
Fui a la cocina y me serví cereal con leche. Entre tanto, aparece mi mamá con el diario en la mano.
-          Hola mi niña, ¿me puedes decir porque llegaste tan tarde ayer?
-          Pues…el tiempo se me pasó muy rápido, solo eso.
-          Ya veo, igual gracias por avisar.
-          ¿Quieres un café?
-          Sí.
-          Tomemos desayuno juntas en la mesa, dejemos al par de flojos durmiendo, ¿no?
-          Completamente de acuerdo.
-          Jajá.
-          ¿Cómo va tu ensayo?
-          Mas o menos, no sé que mas escribir.
-          ¿Por qué no lo dejas tal cual está?
-          Es que, no estaría bien, no se entendería, debe de tener algún final.
-          Al menos, ¿tiene tema?
-          ¡No! No tiene ni título.
-          O sea que no se trata de nada.
-          Creo.
-          ¿Segura?
-          No lo sé ya.
-          ¿Quieres salir hoy?
-          Puede ser, necesito hacer otras cosas para que me den ideas.
-          Te invito en la tarde a tomar helado.
-          ¡Genial!
-          ¿Tienes examen el lunes?
-          No, milagrosamente.
-          Bueno, entonces vamos.
Después de almuerzo, empecé a alistarme para salir.
-          ¿Vas a salir?
-          Sí Yoel.
-          ¿Con la mamá?
-          Sí.
-          Ah.
-          ¿Encontraste a Lou ayer?
-          Sí.
-          ¿Sería muy curioso de mi parte si preguntara para qué lo necesitabas?
-          No te incumbe eso, ¿a dónde fuiste ayer?
-          Salí.
-          ¿Sola?
-          Sí.
-          ¿No es muy peligroso andar sola de noche?
-          ¿Se te olvida que me sé cuidar bien?
-          Me alegro.
Desde la otra pieza escuchaba un llamado a mi celular.
-          Hija te llaman.
-          Haber…-era Lou, y tenía dos llamadas perdidas de él
-          Contestaré afuera.
Me dirigí al patio trasero.
-          ¿Aló?-contesté
-          Amy…-sollozando
-          ¿Qué pasa Lou, porque lloras?
-          Necesito hablar contigo, necesito…desahogarme, por favor.
-          Iba a salir con mi mamá.
-          Por favor.
No podía ignorar lo que me estaba pidiendo, era obvio que me necesita para contarme lo que le pasó ayer, lo que no pudo contarme ya que ayer, era Ariel. Sólo podía aceptar.
-          Bueno.
-          Gracias, nos vemos en la cafetería que tanto te gusta.
-          Ok.
-          Ah y, no le digas a Yoel.
-          No le diré nada.
Volví dentro de la casa, busqué a mi mamá y le conté lo que pasaba. Me daba mucha lata no poder salir con ella, quería hacerlo hace mucho, pero un amigo, y más que eso, necesita mis consejos, y no puedo fallarle.
-          Lo siento mamá.
-          No importa mi niña, podemos ir otro día.
-          Gracias, debo irme ahora.
-          ¿A dónde irás?
-          A  la cafetería Morfeo.
-          A ya, anda no más.
-          No le digas a Yoel que me fui a juntar con Lou, ¿dale?
-          ¿Qué ocurrió entre esos dos?
-          Por alguna razón, están peleados, creo que terminaron. Ahora voy a saber.
-          Pucha, ya anda.
-          Adiós má.
Salí de mi casa y caminé cuatro cuadras hacia el sur. En la esquina se encontraba la cafetería. Entré y en la primera mesa, se encontraba Lou cabizbajo. Me senté al frente de él y le hablé.
-          Hola querido.-le sonreí
-          Hola Amanda.
-          Toma.-le pasé una servilleta para que secara sus lágrimas
-          Gracias por venir.
-          ¿Qué pasó Lou?
-          Todo Amy, todo.
-          ¿Qué es todo?
-          Ayer…
-          Ayer…-repetí
-          En el recreo, Yoel me mandó un mensaje, me andaba buscando.
-          Sí, me había preguntado si te había visto.
-          Quería conversar conmigo…
Nos encontramos en la banca que está al lado del kiosco.
-          Hola, ¿para qué me necesitas amor?-le dije
-          Quería pedirte un tiempo.-quedé perplejo y no podía entender el porqué me estaba pidiendo eso
-          ¿Qué estás diciendo Yoel?
-          Creo que esto no está funcionando como hubiéramos querido.
-          ¿De qué rayos hablas Yoel, llevamos más de un año y medio y me dices que esto no está funcionando?
-          Lo sé, pero últimamente lo único que hemos hecho es pelear y…
-          Pero podemos arreglar las cosas amor.
-          ¿Para qué? Si igual seguiremos teniendo nuestras diferencias.
-          ¿Cómo?
-          Te he hecho mucho daño, te mereces a alguien mejor.
-          ¡Pero yo te quiero a ti!
-          No hagas las cosas más difíciles Lou, yo te amo, y tú a mí, pero no quiero que sigas llorando por mi causa.
-          ¡Yoel!
-          Debes de tener a alguien por ahí mejor que yo.
-          ¿Cómo sabes?
-          Es obvio.
-          ¡Pero yo te quiero a ti!
-          ¡Ya cállate Lou! ¡Lo sé! Por favor no hagamos esto peor, es por nuestro bien, por tú bien.
-          ¡Yoel!-lo abracé
-          Lou, hay más gente en el patio…
-          ¡No me importa!
-          Lo siento Lou, perdóname…-mientras decía eso, lloraba, y se fue al baño, y yo me quedé sentado en la banca.
Después de eso, volví a mi sala a esperar la siguiente clase. No pude prestar atención, me ahogué en todas mis penas, solo miraba el paisaje que deja ver el cuadrado de la ventana.
-          ¿Qué más paso?
-          Después de la clase, tocaron para el segundo recreo, y ahí sucedió lo que más me dolió.
-          ¿Qué otra cosa pudo ser peor que tu amado termine contigo?
-          Ver a tu amado besándose con la mejor amiga de su hermana después de haber terminado contigo.
-          ¿¿¡¡Qué!!??-quedé desconcertada, no podía…asimilarlo…no pude decirle nada a Lou y me quedé observando cómo volvía a derramar lágrimas
-          No sé qué hacer Lou, ¿quieres que hable con Yoel?
-          No hace falta.
-          ¿Te rendiste?
-          Puede ser, o más que eso, encontré a otra persona, más indicada, como el mencionaba.-ahí vamos, hablará de Ariel conmigo, por fin
-          ¿Otra persona?
-          Sí, lo conocí hace poco.
-          ¿Cómo se llama?
-          Si te lo digo, ¿le contarás a Yoel?
-          No.
-          Se llama Ariel.
-          ¿Es gay?
-          Sí, lo conocí en el bar del centro.
-          Ah, ¿y es lindo?
-          Demasiado.
-          ¿Más que Yoel?
-          No sé si pueda compararlos, pero ese Ariel tiene algo especial, lo puedo sentir, además tenemos tanto en común.
-          Qué buena.
-          Por lo menos siento que no estoy solo.
-          Me alegro.
-          ¿Tu amiga Natalie sabe que Yoel es gay?
-          Sí lo sabe.
-          ¿Qué trata de hacer ella?
-          Quién sabe…
-          ¿No la detendrás?
-          No, ¿para qué?
-          ¿Ya está haciendo terapia?
-          Sí, logramos que asistiera.
-          Espero que le sirvan.
-          Ha estado haciendo puras estupideces últimamente, y ahora agrego la reciente.
-          Apuesto a que quieres golpearla.
-          Sí, pero eso lo veremos el lunes.
-          ¿Qué hago ahora Amanda?
-          ¿Quieres que te de un consejo?
-          Sería bueno.
-          ¿Sobre qué?
-          Ya sabes, ya te lo dije.
-          ¿Ariel?
-          Sí.
-          Como ya eres libre, me refiero a que ya no estás comprometido, puedes darte la oportunidad de probar con gente nueva.
-          ¿Quieres que explore nuevos horizontes?
-          Claro.
-          Oye Amy.
-          Dime.
-          ¿Crees que un homosexual puede convertirse a heterosexual?
-          ¿Te refieres a cambiarse de gusto sexual?
-          Exacto.
-          Pues realmente no lo sé, puede ser, como así a uno puede gustarle alguien de su mismo sexo, puede un día cambiar y comenzarle a gustar los del sexo opuesto.
-          Claro…
-          Atrévete a experimentar cosas nuevas Lou, la vida es una sola, pero…no cometas locuras como otros que conozco.
-          Sí Amanda, lo sé.

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