mayo 09, 2011

Eres Imposible Primera Parte

CAPITULO CINCO

Existencia; Tiago; Pelea
-          ¿Te ha hablado Lou sobre nuestros problemas?-dijo Yoel
-          Sí, pero solo lo que tú sabes.
-          Estoy comenzando a conseguir una novia.
-          Te felicito…
-          Es solo temporal Amy, no creas que quiero realmente estar con ella.
-          Precisamente me preocupo por lo mismo, estás jugando con los sentimientos de esas chicas.
-          Pues, a ellas no parece importarle.
-          Parece que no te importan los sentimientos femeninos, y eso que intentas ser una chica.
-          No comiences con eso.
-          Estoy molesta contigo.-suena el teléfono
-          Contesta, tal vez sea Lou llorando…-Amy contesta
-          ¿Aló?
-          Socia, quiero hablar contigo inmediatamente.-Piero al teléfono
-          Bueno pero, ¿Qué pasó?
-          Tú lo sabes.-cuelga el teléfono
-          ¿Qué quería Piero?
-          No lo sé, pero debo de irme.
-          Chao.
Entré a su casa y vi ante mis ojos a la Nata sentada en su comedor.
-          ¿Qué haces acá?-intrigada
-          Hago lo que tú no tuviste el valor de hacer.
-          ¿A qué te refieres?
-          Pues, como mis sospechas eran ciertas, pensé en que si ibas a seguir mi plan, tenías que pedirle ayuda a un experto.
-          Amanda, ¿Por qué no me contaste de que necesitabas transformarte en hombre para enamorar a Lou?
-          ¡Eres una maldita metiche!
-          Puede ser, pero tú eres una mentirosa.
-          ¡Cállate!
-          Amanda, por favor, tranquila, yo te voy a ayudar en esto, pero me tuviste que haber contado para qué.
-          Y eso es lo que hice yo.
-          Natalie, si no quieres salir herida es mejor que te calles.
-          ¿Y cómo te vas a llamar de ahora en adelante amiga?
-          ¡Se acabó!-me lancé contra ella
-          ¡Socia baja las revoluciones!
-          Si Amy, golpearme no solucionará nada.
-          Natalie, lo que has hecho no tiene nombre.
-          Mira Amanda, yo sólo dije la verdad.
-          Igual te ayudaré…solo me interesa que te vistas bien y que parezcas realmente hombre.
-          ¿Y no crees que lo que voy a hacer es algo terrible?
-          Pues claro que sí, pero solo me pediste ayuda en el vestuario, no me dijiste que opinara.
-          Ah.
-          Mejor ve con Natalie a caminar, creo que necesitan conversar.
Salimos de la casa de Piero y caminamos por toda la cuadra en silencio. Yo sabía que lo que había hecho ella estuvo bien, pero me daba impotencia de que se lo haya contado así.
-          Lo siento Amanda.
-          ¿Quieres que dejemos de ser amigas?-dramatizando
-          Claro que no, solo quiero que Piero sepa la verdad para que así te cuide.
-          Bueno.
-          Igual sé que puedes cuidarte sola, pero imagínate pasa algo y…
-          ¿Muera?
-          Que dramática.
-          Quédate tranquila, ¿no dijiste que este plan lo podía controlar?

-          Sí, pero de todas formas, no sé con qué puedes encontrarte en esos lados donde anda Lou.
-          Será mejor que no te preocupes porque realmente estoy molesta contigo.
-          Y será mejor que tú tengas cuidado, lo digo yo.
-          Ya, adiós, ándate para tu casa.
-          Te adoro tonta.
¿Existe la buena suerte? ¿Existe lo llamado destino? ¿Las cosas sucederán por algo? ¿Podrá un cuchillo sacarte el dolor? ¿Dolor por dolor? ¿Hay monotonía si solo sigo lo que tengo que hacer? ¿Es rutina? ¿Emborracharse y drogarse es la salida de cada problema? ¿La belleza significa maquillaje? ¿Existe el amor a primera vista? ¿Existe el amor eterno? ¿Acaso las cosas tienen que ser difíciles para que sientas que el resultado fue bueno? ¿Por qué las cosas se empiezan a valorar cuando las pierdes? ¿Por qué tienes que caerte mil veces para poder quedarte de pie dos segundos? ¿Qué hacen los poderosos para serlo? ¿Es herencia? ¿Por qué uno se siente culpable por disfrutar algo? ¿Por qué todos nos miramos con odio? ¿La felicidad es un pecado? ¿Es extraño ver a alguien sonriendo? ¿Acaso derramar sangre es signo de éxito? ¿Por qué hay que sufrir primero para avanzar después? ¿No podemos alegrarnos sin primero sufrir? ¿Es cosa de experiencia? ¿El saber te quita lo inocente? ¿Es así como se supone que el hombre ha evolucionado? ¿Evolucionamos? ¿Con matanzas, dolor, lágrimas, discriminación, creando diferencias entre géneros, no respetando nada, haciendo daño? ¿Para qué son todos los avances tecnológicos entonces? ¿No dan cuenta de que ni siquiera sabemos hablar? ¿Tratarnos como una civilización “civilizada”? ¿Para qué piden justicia por algo, si ni practican el respeto por el otro? ¿Por qué piden saberlo todo y no preguntan si saben quiénes son? ¿Nadie se preocupa de ser solamente? ¿Por qué las religiones entorpecen todo? ¿Por qué hay que creer en algo sólo por el hecho de tener que hacerlo? ¿Qué pasa si yo prefiero creer en mí? ¿No puedo ser alguien divino? ¿Tengo que creer en alguien que no veo? ¿Es mucho? ¿No se dan cuenta? ¿Esa es la “verdad”? ¿O es que no es la religión? ¿Es la triquiñuela de ajenos? ¿Acaso ahora no podemos confiar en nada?
¿Por qué?

Otro día de escuela, tranquilo. Primero saludo a mis amigos en la mañana, luego veo a mi hermano y Lou caminar por el pasillo, y bueno, después me voy a mi clase. Pero hoy no pasaba nada de eso. Llegué, pero no saludé a la Nata, y al Coke no lo vi. Yoel se fue corriendo a su sala, y Lou no estaba con él, tampoco lo vi.
Estaba sola en el pasillo a la hora del recreo, fui a buscar mi saxofón a mi casillero y a dejar unos libros.
Sentí que alguien me estaba observando a pesar de estar sola en todo el pasillo. El corazón me latía fuerte de incertidumbre. Unos pasos sigilosos se acercaban cada vez más a mí.
-          ¿Hola?-dije temerosamente y me volteé
Nada estaba en ese pasillo, pero escucho un roce de ropa y metal y ¡Puf!
-          ¡Ah!-cerraron la puerta de mi casillero y me exalté y nuevamente me volteé para ver quién era.
-          Hola Amanda Jones…
-          ¿Quién eres?-era evidente de que pertenecía a la escuela, pero no lo conocía
-          Tiago, y yo sé perfectamente quién eres tu preciosa.
-          ¿Eres una clase de espía?
-          Pues, quisiera serlo, y me gusta practicarlo.
-          Entonces adiós porque no quiero ser parte de tus experimentos.-me fui a paso rápido para alejarme de él
Cuando pensaba que ya no me seguía, miré hacia atrás para cerciorarme. Y no había nada. Pero al voltearme de nuevo, él estaba al frente mío.
-          ¿Puedo saber cuál es tu problema?-este tipo me da mala espina
-          Tu fragancia me envuelve y solo me lleva a donde tu estas, es tuyo el problema.
-          ¿Perdón?
-          Hueles delicioso.
-          Huelo a sudor idiota.
-          Comencemos otra vez, soy Tiago y yo te conozco desde hace mucho.
-          ¿Por qué insistes en asustarme?
-          ¿Te asusto?
-          Claro, no todos saben quién soy con tanta exactitud.
-          ¿Te acuerdas de un chico que fue a tu auxilio por un buen consejo para olvidar a una chica con la cual estaba obsesionado?
-          ¿Eres tú?
-          Sí, y esa chica, eres tú.
-          ¿Y qué quieres que haga?
-          La verdad, me gustaría acostarme contigo, pero eso es una fantasía sexual.
-          Eres tan descarado que mis manos no quieren golpearte porque das pena. ¿Quieres ir al grano?
-          Sé todo sobre ti. Hasta que te gusta Lou.
-          ¡Eh! ¿Cómo es posible de que mi vida sea expuesta así de fácil? Apuesto que la Natalie está metida en esto.
-          No, yo lo descubrí por mi propia cuenta.
-          Oye, espera un segundo, ¿te tomas lo de espía muy enserio parece?
-          Quiero ser detective, es algo natural.
-          Bueno si lo sabes, no puedo hacer nada, pero, ¿Qué quieres?
-          Olvida a Lou.
-          ¿Quieres que olvide a mi amor, por alguien que recién conozco que existe?
-          Sí.
-          Estás loco.-lo esquivé y me fui lejos
-          ¡No puedes esperar peras de un olmo amada!
¿Quién era ese loco? Algo me decía que lo peor estaba comenzando a florecer, era un botón aún. Pero al florecer, será la flor más fea.
¿Y qué quería conmigo ese Tiago? Tengo curiosidad por saber qué papel realizará en mi vida.
Aunque me enferma y asusta.
-          ¿Aló?
-          Amy, ¿Dónde estás?
-           En la cafetería, ¿Por qué?
-          Te tengo una sorpresa.
-          Te espero.


-          Tocaremos el próximo viernes, ¿Qué te parece?
-          Finísimo.
-          Será un dueto esta vez.
-          ¿Tienes la canción lista?
-          Tengo una melodía que compuse hace poco y quiero ponerla en acción.
-          ¿De qué se trata?
-          Un amor imposible.
-          Que conveniente.
-          ¿Por qué?
-          No por nada.
-          Bueno, partirás tú con el saxo.
-          Siempre yo.
-          Me gusta explotarte.
-          Me he dado cuenta.
-          He estado considerando la posibilidad de incorporar a alguien que toque el piano.
-          ¿Y se te ocurre quién podría ser?
-          Es que no conozco a nadie que toque el piano.
-          Am yo tampoco.
-          Bueno si conocemos a alguien que lo toque, preguntémosle si quiere.
-          Ya.
-          ¡Amanda!-era Natalie agitada
-          ¿Qué pasa?
-          A Yoel lo están haciendo puré.
-          ¿¡Cómo!?
-          El novio de una de las chicas que él estaba cortejando, le está dando una paliza.
-          Ay no.
-          Corre.
En el medio del pasillo se estaba armando un fardo de público, y nadie ayudaba a detenerlos. Y eso no podía permitirlo.
-          ¡Oye tú!-me abrí paso por las estatuas de chicos
-          ¿Pero qué tenemos aquí, la hermana salvando a su hermanito?
-          Cállate idiota, no porque no sepa pelear significa que sea un cobarde.
-          Amanda por favor no te arriesgues por mí.
-          ¿Qué dices? No lo hago sólo por ti, me da impotencia que mastodontes como él se aprovechen de probar su fuerza en gente débil…me imagino que no son tan fuertes.
-          ¿Cómo dices maldita perra?
-          ¿Y tú no dirás nada bonita?
-          No te metas con mi novia.
-          Amanda, ya basta.
-          Escucha, mi hermano no se meterá más con tu chica, ¿estás feliz ahora?
-          No, estoy deseando acabar contigo ahora.
-          Vamos golpéame, ¿te atreves a pegarle a una chica?
-          Jajá, más que chica pareces chico.
-          ¿¡Cómo es que dijiste idiota!?
-          ¡Amanda cuidado!-el mastodonte se lanzó contra mí y me dio un puñetazo en la mejilla
-          ¡Oye amor ya basta, Yoel no me hizo nada!
-          Cállate, déjame desquitarme con alguien.
Los puñetazos de ese toro no paraban pero no eran fuertes, eran suaves, no me causaron tanto daño. Esperaré a que se canse para contraatacar.
-          ¿Eso es todo lo que tienes?-le detuve el puño con mi mano y lo miré a los ojos
-          ¿Para qué demuestras valentía maldita perra?
-           Creo que es hora de acabar con esto.-le tomé el otro brazo y lo patee en la zona abdominal y la punta de mi zapato llegó hasta la barbilla y cayó al suelo
-          Bien princesita ahí tienes a tu salvador.
-          Amanda, gracias pero me siento humillado.
-          …-le di una bofetada
-          ¿Por qué ahora me pegas a mí?
-          Por decir estupideces, eres mi hermano y siempre te protegeré.
-          Gracias.
-          ¡Amanda!-el Coke y la Nata corrieron a revisarme
-          Estoy bien chicos, no golpea tan fuerte, es solo la apariencia.
-          Pero igual tienes inflamada tu mejilla, vamos a la enfermería.
-          No le den tanto drama, estoy perfecta.
Tocaron la campana para el almuerzo. Almorzaba con mis amigos en la misma mesa de siempre. Ellos conversaban de un grupo musical mientras yo trataba de seguir con mi ensayo, pero mis bloqueos de creatividad se hacían cada vez más cotidianos.
La mejilla la tenía hinchada, y me había comenzado a doler.
Saboreo un pedazo de mi sándwich, cierro los ojos extasiada por el jugoso tomate y la sabrosa palta. Pensaba que un delicioso sándwich podría detener el tiempo, las sensaciones se harían más intensas, es como una droga. ¡O dulce manjar! Bendito seas.
Creía que el pan duraría para siempre, pero al terminarse dan ganas de comer otro, pero no quedan, ahí es cuando piensas que desearías que alguien te regalara esa deliciosa combinación de ingredientes en el interior de un pan redondo, ovalado, cuadrado, con bollos, de todo. Y cuando menos te lo imaginas, es que pasa…
Tiago se sentó en la mesa.
-          Hola preciosa, ¿quieres mi sándwich?-no pude negarme
-          ¡Sí!-me lo pasa y me pone una bolsa de hielo en la mejilla
-          ¿Qué haces?
-          Te cuido.
-           No quiero, sácame eso.
-          ¿Por qué tan agresiva conmigo preciosa?
-          ¿Quién es este tipo Amy?
-          Se llama Tiago, es un acosador profesional.
-          ¿Te está acosando?
-          Eh…
-          ¡Yo lo acabaré!
-          No soy un acosador, soy un espía.
-          Es lo mismo inteligente.
-          Ya basta.
-          ¡Sácame el hielo!
-          ¿Aún te duele?
-          Vi tu pelea, te vez tan sexy tirando patadas a la gente.
-          ¿Cómo que sexy?
-          ¡Ah no!
-          Que descarado.
-          Te voy a golpear hasta que no puedas suplicar que me detenga si sigues acosándola.
-          ¡Basta yo puedo sacármelo de encima si quiero!
-          ¿O sea que te gusto?
-          ¡No!
Entonces, Tiago se va…
-          ¿Qué está pasando Amy?
-          Ni yo misma sé.
-          ¿Es verdad de que te está acosando?
-          Pues, realmente no lo sé, solo es molestoso.
-          Parece lapa.
-          No se preocupen, lo tengo bajo control.
-          Si tienes algún problema con él, dímelo.
-          Ok, ahora déjenme saborear mi sándwich.




ISA SENSEI

No hay comentarios:

Publicar un comentario